Como dijo Samuel Johnson: "El lenguaje es el vestido del pensamiento", y es que para los ambientes virtuales de aprendizaje AVA,
lo que se expresa en los espacios para la comunicación e interactividad constituye la esencia de la relación con estudiantes y colegas
sobre la cual se basa la presencia social en un aula virtual.

Para aludir a ambos géneros

REGLAS ORTOGRÁFICAS APLICADA A LOS GÉNEROS

En español, el plural en masculino implica ambos géneros.   Así que al dirigirse al público NO es necesario ni correcto decir "ecuatorianos y ecuatorianas", "compañeros y compañeras", "hermanos y hermanas", "todos y todas", "niños y niñas" etc., como los verbosos, pusieron de moda y hoy en día otros a nivel nacional y en los medios de comunicación continúan con el error.

Decir o nombrar ambos géneros es correcto, SÓLO cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo: "mujeres y hombres", "toros y vacas", "damas y caballeros", "león y leona", "caballo y yegua", etc.

Ahora viene lo bueno:   Detallito lingüístico ¿Presidente o Presidenta? Aprendamos bien el español y de una vez por todas:  NO ESTOY EN  CONTRA DEL GÉNERO FEMENINO, SINO DEL MAL USO DEL LENGUAJE. POR FAVOR, DÉJENSE YA DE INCULTURA, DESCONOCIMIENTO U OCURRENCIA:   ¿Presidente o Presidenta?

En español existen los participios activos como derivados verbales:   Como por ejemplo, el participio activo del verbo atacar, es atacante; el de sufrir, es sufriente; el de cantar, es cantante; el de existir, existente; etc.  ¿Cuál es el participio activo del verbo ser?:   El participio activo del verbo ser, es "ente".   El que es, es el ente.   Tiene entidad.   Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'. Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independientemente de su género. Se dice capilla ardiente, no ardienta.   Se dice estudiante, no estudianta.   Se dice adolescente, no adolescenta.   Se dice paciente, no pacienta. Se dice comerciante, no comercianta.   Se dice cliente, no clienta.

La señora Cristina Fernández de Kirchner, para aquellos que andan atrasados de noticias, es la actual presidente de Argentina.   Dilma Rousseff ha recibido las felicitaciones, como "Presidenta electa", no por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua española.
Un mal ejemplo sería:   "La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y la velaron en la capilla ardienta ahí existenta". Qué mal suena ahora presidenta, ¿no? .  Siempre es bueno aprender de qué y cómo estamos hablando.

Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos latinoamericanos, con la esperanza de que hagamos buen uso de nuestro hermoso idioma.

Atentamente, V. Molina Licenciado en Castellano y Literatura (y no en Castellana y Literaturo).
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Recuperado de 
http://www.edunapo.gob.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=74:varm&catid=40:relacionespublicas&Itemid=3


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Uso de @ para aludir a ambos géneros



Apropósito de la comunicación aludiendo a ambos géneros
    REAL  ACADEMIA  ESPAÑOLA
    DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS - Primera edición (octubre 2005)
género21. Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos. Cuando el sustantivo designa seres animados, lo más habitual es que exista una forma específica para cada uno de los dos géneros gramaticales, en correspondencia con la distinción biológica de sexos, bien por el uso de desinencias o sufijos distintivos de género añadidos a una misma raíz, como ocurre en gato/gata, profesor/profesora, nene/nena, conde/condesa, zar/zarina; bien por el uso de palabras de distinta raíz según el sexo del referente (heteronimia), como ocurre en hombre/mujer, caballo/yegua, yerno/nuera; no obstante, son muchos los casos en que existe una forma única, válida para referirse a seres de uno u otro sexo: es el caso de los llamados «sustantivos comunes en cuanto al género» ( a) y de los llamados «sustantivos epicenos» ( b). Si el referente del sustantivo es inanimado, lo normal es que sea solo masculino (cuadro, césped, día) o solo femenino (mesa, pared, libido), aunque existe un grupo de sustantivos que poseen ambos géneros, los denominados tradicionalmente «sustantivos ambiguos en cuanto al género» ( c).
a) Sustantivos comunes en cuanto al género. Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a sustantivos tanto masculinos como femeninos: un padre/una madre feliz, un perro/una perra dócil, un sillón/una silla confortable.
b) Sustantivos epicenos. Son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género gramatical es independiente del sexo del referente. Hay epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince) y epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). La concordancia debe establecerse siempre en función del género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano, y no Marca de incorrección.La víctima, un hombre joven, fue trasladado al hospital más cercano. En el caso de los epicenos de animal, se añade la especificación macho o hembra cuando se desea hacer explícito el sexo del referente: «La orca macho permanece cerca de la rompiente [...], zarandeada por las aguas de color verdoso» (Bojorge Aventura [Arg. 1992]).
c) Sustantivos ambiguos en cuanto al género. Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales. No deben confundirse los sustantivos ambiguos en cuanto al género con los casos en que el empleo de una misma palabra en masculino o en femenino implica cambios de significado: el cólera(‘enfermedad’) o la cólera (‘ira’); el editorial (‘artículo de fondo no firmado’) o la editorial (‘casa editora’). De entre los sustantivos ambiguos, tan solo ánade y cobaya designan seres animados.
2. Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos
2.1. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: Marca de incorrección.las y los ciudadanos.
2.2. Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas,etc.;  2.1), ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: Marca de incorrección.l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Marca de incorrección.Día del niñ@donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.
3. Formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Aunque en el modo de marcar el género femenino en los sustantivos que designan profesiones, cargos, títulos o actividades influyen tanto cuestiones puramente formales —la etimología, la terminación del masculino, etc.— como condicionamientos de tipo histórico y sociocultural, en especial el hecho de que se trate o no de profesiones o cargos desempeñados tradicionalmente por mujeres, se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:
a) Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a: bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo (no debe considerarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo). También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos: el/la fisio, el/la otorrino. En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo: diácono/diaconisa; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa): diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa.
b) Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes: el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda, el/la terapeuta, el/la pediatra. En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa: profetisa, papisa. En el caso de poeta, existen ambas posibilidades: la poeta/poetisa. También tiene dos femeninos la voz guarda, aunque con matices significativos diversos ( guarda): la guarda/guardesa. Son asimismo comunes en cuanto al género los sustantivos formados con el sufijo -ista: el/la ascensorista, el/la electricista, el/la taxista. Es excepcional el caso de modista, que a partir del masculino normal el modista ha generado el masculino regresivo modisto.
c) Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable, alegre, pobre, inmune, etc.): el/la amanuense, el/la cicerone, el/la conserje, el/la orfebre, el/la pinche. Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa -ina: alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína, sacerdote/sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote)En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica.
Dentro de este grupo están también los sustantivos terminados en -ante o -ente, procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes, en consonancia con la forma única de los adjetivos con estas mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante, etc.): el/la agente, el/la conferenciante, el/la dibujante, el/la estudiante. No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta. A veces se usan ambas formas, con matices significativos diversos: la gobernante(‘mujer que dirige un país’) o la gobernanta (en una casa, un hotel o una institución, ‘mujer que tiene a su cargo el personal de servicio’).
d) Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes: el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.
e) En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina, mientras que los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes: el/la yóquey.
f) Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una -a: compositor/compositora, escritor/escritora, profesor/profesora, gobernador/gobernadora. En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo: actor/actriz, emperador/emperatriz.
g) Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en -a: el/la auxiliar, el/la militar, el/la escolar (pero el juglar/la juglaresa), el/la líder (raro lideresa), el/la chofer o el/la chófer (raro choferesa), el/la ujier, el/la sumiller, el/la bachiller (raro hoy bachillera), el/la mercader (raro hoy mercadera), el/la faquir, el/la augur.
h) Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una -a: guardián/guardiana, bailarín/bailarina, anfitrión/anfitriona, guardés/guardesa, marqués/marquesa, dios/ diosa. Se exceptúan barón e histrión, cuyos femeninos se forman a través de los sufijos -esa e -isa, respectivamente: baronesa, histrionisa. También se apartan de esta regla la palabra rehén, que funciona como epiceno masculino (el rehén) o como común (el/la rehén), y la voz edecán, que es común en cuanto al género (el/la edecán;  edecán). Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes: el/la barman.
i) Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes: el/la cónsul, el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz, en consonancia con los adjetivos terminados en estas mismas consonantes, que tienen, salvo poquísimas excepciones, una única forma, válida tanto para el masculino como para el femenino: dócil, brutal, soez, feliz (no existen las formas femeninas *dócila, *brutala, *soeza, *feliza). No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez/jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejalao bedel/bedela.
j) Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes: el/la chef, el/la médium, el/la pívot. Se exceptúa la voz abad, cuyo femenino es abadesa. Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el/la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.
k) Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los nombres que designan grados de la escala militar: el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez; los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca: el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo; y los sustantivos compuestos que designan persona: el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.
l) Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente; por tanto, debe decirsela primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada, etc., y no Marca de incorrección.la primera ministro, Marca de incorrección.una intérprete jurado, Marca de incorrección.una detective privado, etc.: «Me llamo Patricia Delamo y soy detective privada» (Beccaria Luna [Esp. 2001]).
4. Género de los nombres de países y ciudades. En la asignación de género a los nombres propios de países y ciudades influye sobre todo la terminación, aunque son muy frecuentes las vacilaciones. En general puede decirse que los nombres de países que terminan en -a átona concuerdan en femenino con los determinantes y adjetivos que los acompañan: «Serán los protagonistas de la Colombia del próximo siglo» (Tiempo [Col.] 2.1.90); «Hizo que la vieja España pensara sobre sus colonias» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]); mientras que los que terminan en -a tónica o en otra vocal, así como los terminados en consonante, suelen concordar en masculino: «Para que [...] construyan juntos el Panamá del futuro» (Siglo [Pan.] 15.5.97); «El México de hoy ya no es el México de hace tres años»(Proceso [Méx.] 19.1.97); «La participación de Rusia en el Iraq que resultará de la guerra dependerá de si adopta una “postura constructiva” en la ONU» (Razón [Esp.] 9.4.03). En lo que respecta a las ciudades, las que terminan en -a suelen concordar en femenino: «Hallado un tercer foro imperial en la Córdoba romana» (Vanguardia [Esp.] 10.3.94); mientras que las que terminan en otra vocal o en consonante suelen concordar en masculino, aunque en todos los casos casi siempre es posible la concordancia en femenino, por influjo del género del sustantivo ciudad: «Puso como ejemplo de convivencia cultural y religiosa el Toledo medieval» (Vanguardia [Esp.] 16.10.95); «Ya vuela [...] sobre la Toledo misteriosa» (Reyes Letras [Méx. 1946]); «El Buenos Aires caótico de frenéticos muñecos con cuerda» (Sábato Héroes [Arg. 1961]); «Misteriosa Buenos Aires» (Mujica Buenos Aires [Arg. 1985] tít.). Con el cuantificador todo antepuesto, la alternancia de género se da con todos los nombres de ciudades, independientemente de su terminación: «¿Lo sabías tú? Bueno, Javier, lo sabe todo Barcelona» (Mendoza Verdad [Esp. 1975]); «Por toda Barcelona corre un rumor de llanto y de promesa» (Semprún Autobiografía [Esp. 1977]). La expresión masculina «el todo + nombre de ciudad» se ha lexicalizado en países como México y España con el sentido de ‘élite social de una ciudad’: «Su pequeño bar es el lugar donde se reúne “el todo Barcelona”» (Domingo Sabor [Esp. 1992]).
5. Sobre el género de abreviaturas, acortamientos, siglas y acrónimos,  abreviatura4acortamiento2sigla4acrónimo4.





Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Tomado el RAE (2005), en 12, junio de 2007 de http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltGUIBusDPD?lema=g%E9nero2
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Actualizaciones de la RAE y otros temas relacionados con el uso de las palabras

La i griega aún tiene esperanzas
España llora por la y mientras América Latina lo hace por la be corta v- La nueva ortografía desata el debate sobre uniformidad o diversidadJ
AVIER RODRÍGUEZ MARCOS 09/11/2010


Los españoles llegaron a América con la i griega (o ye) por delante. El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahani y, según la transcripción que Bartolomé de las Casas realizó del diario del almirante, lo hizo llevando un estandarte en el que figuraban las iniciales de los Reyes Católicos, la F y la Y de Fernando e Ysabel.
La Real Academia Española publicó su primeraortografía en 1741, pero se tituló Orthographíaporque las reglas vigentes hoy no quedarían fijadas, con sus sucesivos ajustes, hasta 1815. Es decir, Ysabel tardó en convertirse en Isabel y, de paso, en perder el juego entre la inicial de su nombre y su famoso emblema: el yugo.
La semana pasada, siglos después del episodio colombino y fieles a la política panhispánica de los últimos años, 11 representantes de las 22 Academias de la Lengua Española se reunieron en San Millán de la Cogolla (La Rioja) para cerrar el texto de la nueva edición de la Ortografía. A falta de su ratificación por el pleno de las academias que tendrá lugar el día 28 en Guadalajara (México), la obra sustituirá en diciembre a la edición anterior, de 1999.
Una de las grandes novedades de la nuevaOrtografía reside en proponer un solo nombre para cada letra: la i griega pasará a llamarse ye mientras uve sustituye a denominaciones como be baja o be corta. Las academias perseguían favorecer la unidad de una lengua de por sí muy unitaria -con más de un 80% de vocabulario común a ambos lados del Atlántico-, pero el mero anuncio de la propuesta ha levantado una polémica transoceánica que hierve, sobre todo, en Internet. Si en España se llora por la i griega, en América se vierten lágrimas por la be corta.
Humberto López Morales, de la Academia Puertorriqueña, responsable del Diccionario de americanismos y, como secretario general de la Asociación de Academias, miembro sin voto de la comisión de la Ortografía, explica desde su despacho de la RAE el juego de equilibrios que dio lugar a los cambios: "Se debatió mucho ese tema, pero mucho, mucho, mucho", insiste, "y se llegó a un acuerdo: se aceptaba uve -mayoritario en España- a cambio de que se aceptara el ye de algunas zonas americanas". López Morales recuerda que la defensa más ardiente de la ye vino de la Academia Mexicana, cuyo peso demográfico es indudable: es el primer país del mundo por el número de hablantes de español (104 millones de un total de alrededor de 450; más del doble que el segundo: Estados Unidos, con 45 millones).
¿Ortografía a mano alzada? "No sé si esa forma de decidir es la más adecuada", responde, "pero allí sucedió eso". ¿Era necesario jubilar la i griega y la be baja (o corta)? "La verdad es que no es una necesidad, pero sí una conveniencia. Es mucho mejor que todos los hablantes del mundo hispánico utilicen una palabra específica para algo, la que sea. Se trata de buscar una ortografía uniforme en todo el ámbito de la lengua".
Siguiendo el uso "antillano", López Morales siempre ha dicho i griega, pero opina que hay demasiado revuelo para algo "que no tiene tanta importancia", aunque le parece muy positivo que la gente se preocupe por estas cuestiones, que se discuta: "En el mismo seno de la RAE hay discusiones feroces al respecto". Generalmente, dicen, entre lingüistas y escritores.
Para el académico puertorriqueño nacido en Cuba, no hay "ningún peligro" de que la pretensión de unidad termine transformándose en uniformidad: "Cuanto más unido y estandarizado esté el español que hablamos todos, mejor nos entenderemos. ¿Que la variedad es riqueza? Sin duda, pero también podría serlo tener una palabra común para todos y luego variantes".
La Ortografía académica tiene capítulos que legislan y señalan las odiosas faltas y capítulos que sugieren y orientan. Humberto López Morales insiste en que el cambio de nombre de las letras es solo una propuesta: "Si no triunfara, la próxima edición tendría que dar marcha atrás. Pero la peor gestión es la que no se hace. Es casi un deber de las academias hacer estos planteamientos".
¿Se han sentido los hablantes más heridos en sus costumbres que en su sentido común? ¿Nacen las airadas respuestas de algunos de la mera resistencia al cambio? Si la ortografía está llena de fósiles -Orthographía, Christo, obscuro- y supervivientes -septiembre, psiquiatra-, el léxico es puro desafío: un verbo como explosionar chirría en los oídos de aquellos que crecieron con explotar, considerado a su vez un barbarismo durante décadas frente al castellanísimo estallar. "El argumento de que cada cambio que se produce en la historia humana provoca resistencias es cierto, pero eso no significa que esas resistencias no tengan motivo", responde Juan Antonio González Iglesias, poeta y profesor de Latín de la Universidad de Salamanca. "Nos parece normal lo que van escribiendo los vencedores de cada pequeña batalla de la cultura".
Marguerite Crayencour cambió su apellido por el anagrama Yourcenar. Lo hizo, dijo, "por el placer de la i griega". Este año se cumplen 30 de su ingreso en la Academia Francesa. Fue la primera mujer. Para recordarlo, González Iglesias dirigió en su Universidad un congreso sobre la escritora en julio. Para él, es un cambio "tremendo" en lo "pequeñísimo" del asunto. "El hecho de que hubiera una i griega indicaba que había una i latina. Daba la idea de que el origen de nuestro alfabeto, que es fenicio, se había consolidado culturalmente por Grecia y Roma", dice. Pero va más allá: "Nos separamos del resto de las lenguas occidentales de cultura, donde esa letra recibe todavía ese nombre. Ya lo tenía en latín. Es un deterioro cultural".
González Iglesias, que cuenta que hasta los billetes de euro llevan en griego el nombre de la moneda en homenaje a la cultura de la que surgió ese nombre y no al peso de la Grecia actual en la Unión Europea, recuerda también que para los pitagóricos los brazos de la i griega representaban el camino fácil y el difícil: "Me parece que la RAE elige el fácil".
Así las cosas, el profesor salmantino dice con humor que hubiera sido mejor que los españoles dijeran be baja y mantuvieran la i griega. Tampoco le convence el paso de quórum a cuórum: "Quórum es un cultismo, un tecnicismo jurídico y político que si no se escribe bien no sé qué persona inculta la va a usar. El vulgo no necesita quórum porque nunca se reúne con consecuencias jurídicas".
Por su parte, Javier Marías, escritor y miembro de la RAE, quiere, antes de opinar por extenso, ver la nueva Ortografía preparada por sus compañeros -"hay gente muy sabia con sus motivos para hacer cambios que no parecen excesivos ni traumáticos"-, pero adelanta: "Voy a seguir escribiendo como me apetezca". Privilegios de creador. "Algunos se han quejado de que en lugar de espurio escribo espúreo, una fórmula que hace años que no acepta la RAE. Me parece más auténtico. La palabra espurio la encuentro espúrea", dice. Y recuerda que Juan Ramón Jiménez escribía jeneral. "La Academia no impone nada, aunque su autoridad es grande y la gente hace caso a lo que dictamina", continúa. Sea como fuere, él va a seguir escribiendo truhán con tilde: "No creo que se pronuncie igual que Juan, ni que guión se pronuncie como la segunda sílaba de avión". Su propuesta: que se permitan las dos opciones, como se permiten fútbol o futbol. Respecto a Qatar, que será Catar, afirma que hay cosas que forman parte de las extravagancias ortográficas de cada lengua, "como la x de bijoux en francés".
Para Humberto López Morales, que insiste en lo que muchas cosas del nuevo texto tienen de propuesta, lo importante es conseguir la "coherencia" de la ortografía con sus propias reglas: "Quitar el acento de solo es lo más lógico del mundo desde el punto de vista de la gramática española. No hay apenas expresiones donde se presente la ambigüedad. Y ahí está el contexto para resolverla". Las autoridades, es decir, los escritores son parte de las fuentes usadas por los gramáticos. Aunque los hay, como dice Marías, "hipercorrectos", el futuro de la i griega, en parte, está en sus manos.
Los cambios
- Los nombres de las letras. Se unifican los nombres de algunas letras que variaban en las distintas áreas geográficas. Así, en la nueva ortografía se imponen la be y la uve a la be alta y be baja; la ye a la i griega, y la doble uve a la uve doble.
- Letras que ya no son. La ch y la ll quedan suprimidas formalmente del alfabeto. Las letras del abecedario serán 27.
- El solo y los demostrativos. La RAE recomienda no poner tilde ni a los pronombres demostrativos ni al adverbio solo, ya que el riesgo de confundirlos con los demostrativos que determinan a un nombre o el adjetivo solo se produce muy raramente.
- Guion, sin tilde. Palabras como guion, hui, riais, Sion o truhan se consideran monosílabos y, por lo tanto, no llevan tilde.
- 4 o 5 y no 4 ó 5. Hasta ahora, la conjunción "o" se escribía con tilde cuando aparecía entre cifras (4 ó 5 millones). Ya no.
- Catar y no Qatar. Se escribe Irak, Catar y cuórum y no Iraq, Qatar o quórum.
Consultado el 10 de noviembre de 2010 en http://www.elpais.com/articulo/sociedad/i/griega/tiene/esperanzas/elpepucul/20101109elpepisoc_1/Tes 
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La i griega resucita pero guion pierde la tilde

La nueva Ortografía da marcha atrás en el nombre de las letras, pero mantiene otros cambios
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 29/11/2010

La i griega se llevó todo el protagonismo cuando decidieron llamarla ye y ha vuelto a llevárselo ahora que ha recuperado su nombre. Las 22 Academias de la Lengua Española aprobaron hoy en la Feria del Libro de Guadalajara (México) el texto definitivo de la nueva Ortografía y lo hicieron subrayando que lo suyo son propuestas y no imposiciones.Así, su idea de que la i griega se llamara ye y uve fuera el único nombre para lo que en muchos países de América se llama be baja o be corta no ha pasado de ser una sugerencia. La polémica surgida cuando el pasado día 5 se adelantaron los cambios ha hecho que los académicos dieran marcha atrás en algo nacido "en aras de la unidad del español" y para eliminar "opcionalidades".
Las academias aprovecharon hoy también para recordar algo que empezó a plantearse en 1959 y que estaba ya en la anterior norma ortográfica, publicada en 1999: la recomendación de no tildar el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad (Dijo que esta mañana vendrá / Pasaré solo este verano). De hecho, en 1960 la propia RAE prescindió de esa tilde en sus publicaciones. Con todo, no "condena", dice, su uso si alguien quiere utilizarla.
Hasta ahí las últimas matizaciones, porque el resto de las innovaciones adelantadas antes de la última reunión siguen en pie. Así, la ch y la ll no formarán ya parte del alfabeto; monosílabos como guion y truhan deberán escribirse sin tilde (lo contrario será falta de ortografía); la o entre números tampoco llevará tilde (será 5 o 6 y no 5 ó 6); los términos genéricos que se anteponen a los nombres propios se escribirán en minúscula (golfo de México, península de Crimea, islas Aleutianas...), exmarido y proamericano se escribirán juntos y pro derechos humanos y ex capitán general, separados; Qatar y quórum serán Catar y cuórum.
La nueva Ortografía, publicada por Espasa, se presentará en Madrid durante la segunda semana de diciembre. Son 800 páginas y, aunque los académicos no quieren ni oír hablar de reforma, solo se conoce una pequeña parte de las novedades que contiene.
Consultado el 10 de noviembre de 1010 enhttp://www.elpais.com/articulo/cultura/i/griega/resucita/guion/pierde/tilde/elpepucul/20101129elpepucul_7/Tes
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La "i griega" se llamará "ye"

La nueva Ortografía de la Real Academia Española fija la denominación de algunas letras, cambia "quorum" por "cuórum" y elimina las tildes de "solo", "guion" y "o" entre números
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 05/11/2010

La i griega será ye, la b será be (y no be alta o be larga); la ch y la ll dejan de ser letras del alfabeto; se elimina la tilde en solo y los demostrativos (este, esta...) y en la o entre números (5 o 6) y quorum será cuórum, mientras que Qatar será Catar.
La nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española, que se publicará antes de Navidad, trata de ser, como dice su coordinador, Salvador Gutiérrez Ordóñez, "razonada y exhaustiva pero simple y legible". Y sobre todo "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Por eso el académico insiste en que plantea innovaciones y actualizaciones respecto a la anterior edición, de 1999, pero no es, "en absoluto" revolucionaria. Gutiérrez Ordóñez se resiste incluso a usar la palabra "reforma".
Con todo, al director del Departamento de Español al Día de la RAE no se le escapa que los cambios ortográficos provocan siempre resistencias entre algunos hablantes. De ahí la pertinencia, dice, del consenso panhispánico que ha buscado la Comisión Interacadémica de la asociación que reúne a las Academias de la Lengua Española de todo el mundo. El miércoles, esa comisión, reunida en San Millán de la Cogolla (la Rioja) aprobó el texto básico de la nueva Ortografía de la lengua española. A falta de su ratificación definitiva el 28 de este mes en la Feria del Libro de Guadalajara (México) durante el pleno de las 22 academias, estas son algunas de las "innovaciones puntuales" aprobadas esta semana y destacadas por el propio Gutiérrez Ordóñez.
La i griega será ye. Algunas letras de nuestro alfabeto recibían varios nombres: be, be alta o be larga para la b; uve, be baja o be corta, para v; uve doble, ve doble o doble ve para w; i griega o ye para la letra y; ceta, ceda, zeta o zeda para z. La nueva Ortografía propone un solo nombre para cada letra: be para b; uve para v; doble uve para w; ye para y (en lugar de i griega). Según el coordinador del nuevo texto, el uso mayoritario en español de la i griega es consonántico (rayo, yegua), de ahí su nuevo nombre, mayoritario además en muchos países de América Latina. Por supuesto, la desaparición de la i griega afecta también a la i latina, que pasa a denominarse simplemente i.
Ch y ll ya no son letras del alfabeto. Desde el siglo XIX, las combinaciones de letras ch y ll eran consideradas letras del alfabeto, pero ya en la Ortografía de 1999 pasaron a considerarse dígrafos, es decir, "signos ortográficos de dos letras". Sin embargo, tanto ch como ll permanecieron en la tabla del alfabeto. La nueva edición los suprime "formalmente". Así, pues, las letras del abecedario pasan a ser 27.
Solo café solo, sin tilde. Hay dos usos en la acentuación gráfica tradicionalmente asociados a la tilde diacrítica (la que modifica una letra como también la modifica, por ejemplo, la diéresis: llegue, antigüedad). Esos dos usos son: 1) el que opone los determinantes demostrativos este, esta, estos, estas (Ese libro me gusta) frente a los usos pronominales de las mismas formas (Ese no me gusta). 2) El que marcaba la voz solo en su uso adverbial (Llegaron solo hasta aquí) frente a su valor adjetivo (Vive solo).
"Como estas distinciones no se ajustaban estrictamente a las reglas de la tilde diacrítica (pues en ningún caso se opone una palabra tónica a una átona), desde 1959 las normas ortográficas restringían la obligatoriedad del acento gráfico únicamente para las situaciones de posible ambigüedad (Dijo que ésta mañana vendrá / Dijo que esta mañana vendrá; Pasaré solo este verano / Pasaré solo este verano). Dado que tales casos son muy poco frecuentes y que son fácilmente resueltos por el contexto, se acuerda que se puede no tildar el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad", esto dice la comisión de la nueva Ortografía, que, eso sí, no condena su uso si alguien quiere utilizar la tilde en caso de ambigüedad. Café para todos. No obstante, la RAE lleva décadas predicando con el ejemplo y desde 1960, en sus publicaciones no pone tilde ni a solo ni a los demostrativos.
Guion, también sin tilde. Hasta ahora, la RAE consideraba "monosílabas a efectos ortográficos las palabras que incluían una secuencia de vocales pronunciadas como hiatos en unas áreas hispánicas y como diptongos en otras". Sin embargo, permitía "la escritura con tilde a aquellas personas que percibieran claramente la existencia de hiato". Se podía, por tanto, escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía considera que en estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde: guion, hui, riais, Sion, truhan y fie. En este caso, además, la RAE no se limita a proponer y "condena" cualquier otro uso. Como dice Salvador Gutiérrez Ordóñez, "escribir guión será una falta de ortografía".
4 o 5 y no 4 ó 5. Las viejas ortografías se preparaban pensando en que todo el mundo escribía a mano. La nueva no ha perdido de vista la moderna escritura mecánica: de la ya vetusta máquina de escribir al ordenador. Hasta ahora, la conjunción o se escribía con tilde cuando aparecía entre cifras (4 ó 5 millones). Era una excepción de las reglas de acentuación del español: "era la única palabra átona que podía llevar tilde". Sin embargo, los teclados de ordenador han eliminado "el peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor".
Catar y no Qatar. Aunque no siempre lo fue, recuerda el coordinador de la nueva ortografía, la letra k ya es plenamente española, de ahí que se elimine la q como letra que representa por sí sola el fonema /k/. "En nuestro sistema de escritura la letra q solo representa al fonema /k/ en la combinación qu ante e o i (queso, quiso). Por ello, la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quórum) representa una incongruencia con las reglas". De ahí que pase a escribirse ahora: Irak, Catar y cuórum. ¿Y si alguien prefiere la grafía anterior: "Deberá hacerlo como si se tratase de extranjerismos crudos (quorum, en cursiva y sin tilde)". Aunque esta regla no sirve para los nombres propios, que se siguen escribiendo en redonda, del mismo modo que hay quien prefiere escribir New York a Nueva York.
Consultado el 10 de noviembre de 1010 en http://www.elpais.com/articulo/cultura/i/griega/llamara/ye/elpepucul/20101105elpepucul_9/Tes#EnlaceComentarios
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Se abría rresuelto qon fazilidad
J. R. M. 09/11/2010


Ya es un clásico: "Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima, ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?". Lo dijo Gabriel García Márquez el 7 de abril de 1997 en Zacatecas (México) durante un Congreso de la Lengua y el parlamento del Nobel colombiano va camino de ponerse a la altura del clásico de Nebrija de que en español se escribe como se habla.El autor de Cien años de soledad, que, por supuesto, no sigue en sus libros sus propias propuestas, tituló su encendido e incendiario discurso Botella al mar para el dios de las palabras, y la verdad es que no era el primer náufrago en usar esa botella. Mucho antes que él lo había hecho el venezolano Andrés Bello, que en 1847 publicó su Gramática de la lengua castellana dedicada al uso de americanos. Se abría rresuelto qon fazilidad es una frase que inventó el desaparecido lingüista Juan Ramón Lodares en Gente de Cervantes (Taurus, 2001) siguiendo las posteriores propuestas ortográficas del caraqueño.
En el fondo, las pretensiones de aquel "sabio" y "gigante" del idioma, como lo llama Humberto López Morales, no era romper con la Real Academia Española, que, por cierto, antes de que existieran las academias americanas de cuya asociación es secretario López Morales, creó la figura del académico correspondiente para distinguir la labor filológica de Bello. Su intención tenía como objetivo facilitar el acceso a la lengua y a su ortografía a las masas de americanos de media y baja cultura que, con la independencia de las repúblicas del otro lado del Atlántico, se iban incorporando masivamente a eso que llaman territorio de La Mancha.
El experimento, que tuvo mucho de explosión controlada, se le fue de las manos. Su propuesta triunfó en Chile, donde la impuso el Gobierno a través del Ministerio de Educación, pero la mayoría de los países latinoamericanos no la siguieron. Pese a que Sarmiento intentó radicalizar la propuesta de Bello, en Argentina no se pudo sustituirpatata por papa en los documentos oficiales hasta 1934. El modelo castellano mantenía toda su fuerza y su prestigio pese a que algunos en la república del Río de la Plata habían llegado a coquetear con la idea de hacer del francés el idioma oficial.
Entre tanto, el peligro de cisma incubado en Chile durante las ocho décadas de vigencia de la propuesta de Andrés Bello llevaron al propio padre de la idea a solicitar al Gobierno que la retirara. Así se hizo. Desde entonces, la unidad del español no ha vuelto a estar en peligro. La política panhispánica de la Asociación de Academias -que ha producido un diccionario de dudas, uno de americanismos, una gramática esperadísima y, ahora, una exhaustiva ortografía- es una garantía más. Los escarceos ortográficos no constituyen, dice López Morales, "riesgo alguno" para la segunda lengua global del planeta.
Recuperado de: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/abria/rresuelto/qon/fazilidad/elpepusoc/20101109elpepisoc_2/Tes